Vídeo: Birke Baehr, un niño de 11 años hablando sobre el movimiento Slow Food

Vídeo: Birke Baehr, un niño de 11 años hablando sobre el movimiento Slow Food

Acabo de ver este vídeo y me ha impactado! Birke Baehr, un niño de solo 11 años, hablando sobre todo lo que va mal en el sistema alimentario y lo que quiere hacer él para solucionarlo: ser agricultor y consumidor consciente y responsable, como propone el movimiento Slow Food.

Para ver esta charla con subtítulos en español puedes visitar la web de TED.

Esta es la transcripción completa de la charla:

Hola. Mi nombre es Birke Baehr y tengo 11 años. He venido aquí hoy para hablar de lo que está mal en el sistema alimentario. En primer lugar quisiera decir que me sorprende lo fácil que resulta convencer a los niños con la comercialización y la publicidad en la TV, en las escuelas públicas y casi en cualquier parte que miremos. Me parece que las empresas siempre tratan de que los niños como yo hagan que sus padres compren cosas que no son buenas ni para nosotros ni para el planeta. A los niños pequeños, sobre todo, les atraen los envoltorios coloridos y los juguetes de plástico. Debo admitir que yo solía ser así. Solía pensar que todos los alimentos provenían de estas granjitas felices, con cerdos en el barro y vacas pastando en la hierba todo el día.

Pero descubrí que esto no es cierto. Empecé a consultar estas cosas en la web, en libros y documentales, en mis viajes con la familia. Descubrí el lado oscuro del sistema alimentario industrial. Primero están los organismos y semillas genéticamente modificados. Es decir, cuando se manipula una semilla en un laboratorio para hacer algo no previsto por la Naturaleza -como tomar el ADN de un pez y ponerlo en el ADN de un tomate- ¡qué asco! No me malinterpreten, me gustan el pescado y los tomates, pero esto es horrible. Se plantan las semillas y luego crecen. Y producen alimentos que, se ha demostrado en animales de laboratorio, que provocan cáncer y otros problemas. La gente ha estado comiendo alimentos producidos así desde los años 90. Y la mayoría ni siquiera sabe que existen. ¿Sabían que las ratas que comieron maíz genéticamente modificado presentaron síntomas de toxicidad hepática y renal? Entre otras: inflamación y lesiones renales, y aumento de peso de los riñones. Casi todos los granos que comemos son alterados genéticamente en alguna medida. Y déjenme decirles, hay cereales en todo. Y ni siquiera me refiero a las operaciones concentradas de alimentación animal. llamadas CAFOS, en inglés.

Los agricultores típicos usan fertilizantes químicos hechos de combustibles fósiles que mezclan con la tierra para hacer crecer las plantas. Lo hacen porque han despojado al suelo de todos los nutrientes cultivando lo mismo una y otra vez. Después se fumigan frutas y vegetales con químicos nocivos, como pesticidas y herbicidas, para matar malezas e insectos. Cuando llueve estos productos químicos se filtran en la tierra, o se escurren por las vías fluviales, envenenando el agua también. Luego se irradian los alimentos, tratando de hacer que duren más tiempo, para que puedan viajar miles de kilómetros desde los cultivos hasta los supermercados.

Así que me pregunto: ¿cómo puedo cambiar? ¿Cómo cambiar estas cosas? Esto es lo que me enteré. Descubrí que hay un movimiento para hacer mejor las cosas. Hace un tiempo yo quería ser jugador de fútbol profesional. Pero decidí que mejor voy a ser agricultor orgánico. De esa manera puedo lograr un mayor impacto en el mundo. A este hombre, Joel Salatin, lo llaman granjero loco porque cultiva en contra del sistema. Como estudio en casa un día fui a oírle hablar. Este hombre, este granjero loco, no usa pesticidas ni herbicidas, ni semillas genéticamente modificadas. Y por eso el sistema lo considera un loco.

Quiero que sepan que todos podemos marcar una diferencia, tomar decisiones diferentes, comprando alimentos directamente a los agricultores locales, o a nuestros vecinos que conocemos desde siempre. Algunos dicen que los alimentos orgánicos o locales son más caros pero, ¿es verdad? Con todo lo que he estado aprendiendo sobre el sistema alimentario me parece que, o le pagamos al agricultor, o le pagamos al hospital. Yo definitivamente sé qué elegiría. Quiero que sepan que hay granjas por allí -como la granja Sequachie Cove de Bill Keener en Tennessee- donde las vacas comen hierba y los cerdos se revuelcan en el lodo, como yo pensaba. A veces voy a la granja de Bill como voluntario para ver de cerca y en persona de dónde viene la carne que como. Quiero que sepan que creo que los niños van a comer vegetales frescos y buena comida si saben más sobre esto y de dónde viene realmente. Quiero que sepan que hay mercados agrícolas en todas las comunidades, cada vez más. Quiero que sepan que a mi hermano, a mi hermana y a mí nos gusta la col verde al horno. Trato de compartir esto donde quiera que vaya.

No hace mucho tiempo, mi tío dice que le ofreció cereal a mi primo de 6 años. Le preguntó si quería los orgánicos tostados o los recubiertos de azúcar –los que tienen el personaje a rayas en la tapa. Mi primito le dijo a su padre que prefería comer el cereal orgánico tostado porque Birke dijo que no debería comer cereales brillantes. Y así, mis amigos, es cómo podemos marcar la diferencia: de a un niño a la vez.

Así que la próxima vez que hagan las compras piensen local elijan lo orgánico, conozcan al agricultor, conozcan el alimento. Gracias.

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